La primera es usando una botella de plástico, muy bien lavada y aclarada. Lo ideal es que no sea de las más grandes. La estrujamos un poco para que sea más fácil de morder, las rellenamos con unos garbanzos para que hagan ruido (no tienen que ser demasiados) y la colocamos dentro de un viejo calcetín. Solo nos resta anudar el calcetín y comenzar a jugar con esta ruidosa y divertida botella.
Para la siguiente idea solo necesitamos una vieja camiseta. La cortamos en tiras. Lo bastante largas y anchas como para poder hacer una trenza con ellas. Solo debemos dejar ambos extremos algo libres sin trenzar para que el nudo quede a distancia del extremo y no se deshaga. Ya podemos jugar con esta divertida trenza.
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