Consejos

Baña a tu perro sin problemas



El baño del perro puede a veces ser una de las tareas más difíciles en cuanto a los cuidados que debe recibir tu can, pero es imprescindible que se los bañe periódicamente para mantener su higiene y también la higiene en el hogar.
Cada raza y perro necesita cuidados diferentes y la frecuencia con la que se le debe bañar depende del tiempo que pase fuera de casa, del tipo de piel o de pelo. Por ello es necesario tener estos aspectos en cuenta e informarse de la raza y sus cuidados básicos y específicos.

Sin embargo, algo que tienen en común todas las razas es que no es aconsejable bañarlos con demasiada frecuencia, ya que se puede disminuir la grasa natural de su piel. De hecho, si se les cepilla con regularidad, no habrá que bañarlo tan a menudo.

Convierte el baño en una experiencia agradable

Hay perros que realmente temen el momento del baño, pero si lo acostumbramos desde cachorro se puede convertir en un momento divertido para los dos. Ten en cuenta los siguientes consejos para poder hacer del baño un momento agradable:
1. Lo primero es elegir un champú especial para perros, ya que los nuestros pueden perjudicar su piel. Si se trata de un cachorro además existen productos especiales.
2. Controla la temperatura del agua. Al igual que nosotros, siempre les gustará más un baño con agua templada que con agua fría o extremadamente caliente.
3. Sujeta al perro suavemente y comienza a mojarlo por las patas y después continúa por el resto del cuerpo hasta acabar por la cabeza. Luego, aplica el champú en todo el cuerpo con unos ligeros masajes hasta que aparezca espuma. Se debe tener especial cuidado con que no entre jabón en los ojos ni en los oídos. Mientras, es aconsejable darle algún premio para perros para que lo asocie con algo positivo y así no le coja miedo al momento del baño.
4. Finalmente solo hay que enjuagar todo el cuerpo con abundante agua para que no le quede ningún resto de jabón que podría resecarle la piel. Para secarlo, utiliza una toalla o un secador con el aire a una temperatura templada y ten en cuenta que lo más normal es que se sacuda, pero si le empezamos a secar por la cabeza es posible que tenga menos ganas de hacerlo y por tanto no nos empapará.
5. Si el perro está al aire libre después del baño, habrá que tenerlo bien vigilado ya que es muy probable y normal que intente rebozarse en cualquier sitio, ya que no reconoce su nuevo olor.
Si de todas formas tu perro no soporta la hora del baño, hay muchas clínicas veterinarias con especialistas que pueden hacerlo por ti a un módico precio.




10 cosas que debes hacer para no malcriar a tu cachorro



Suele suceder que cuando una mascota llega por primera vez a una casa se transforma automáticamente en el regalón de la familia. Es que, las primeras semanas en tener a un perro se vuelven las decisivas, se le escoge una cama, la comida, su collar y hasta las calles por donde se paseará. También, se les da cariño continuamente y se les defiende de todo lo que le pueda hacer daño. Pero, entre toda esta euforia de tener a un can recién nacido, muchas veces se olvida una de las cosas más importante para su desarrollo: educarlo. Y es que cuando pequeño, todo lo que hace, como orinar dentro del hogar o romper los zapatos, se le considera una gracia. Pero después de un tiempo, estas son las primeras conductas que se le regañan. Sin embargo, para evitar que este amigo de cuatro patas se vuelva un malcriado, solo hay que seguir unos cuantos pasos. 

“Cuando recién compramos a mi perra era súper revoltosa. Rompía todo lo que encontraba y se portaba mal cuando llegaban visitas, incluso, una vez mordió a una amiga. Para que no siguiera así, empezamos con la metodología de condicionamiento, que es darle premios cuando realiza la acción que le indicamos. Ahora se porta muy bien”, comenta Andrés Rencoret. 


Adiestrarlo: Se les puede enseñar desde que haga sus necesidades fuera de la casa hasta que aprendan a sentarse. Esta es la etapa más definitoria de su vida, que puede durar su primer año de vida. Por eso, hay que ser constante y no desesperarse después del primer intento. 


Establecer reglas: Es muy importante que el animal sepa qué cosa puede hacer y qué no. No es la culpa del cachorro si después de seis meses en el hogar se da cuenta que es malo tomar agua del inodoro. 


Mantener el control de la situación: Cuando la mascota se vuelva algo rebelde y no quiera hacer caso no se le debe dar en el gusto. Tiene que saber quién manda, esto no significa que se le va a pegar porque hizo algo malo. Hay que enseñar de buena forma, como por ejemplo darle recompensas cuando haga algo bien, una de ellas puede ser darles galletas para perros. 


Definir su espacio: Él debe saber en qué lugares de la casa puede estar y en cuáles no. Si al dueño no le agrada que esté encima de las camas, hay que sacarlo y decir una palabra en específica para que sepa que no se debe hacer.


Seguir la misma línea: Hay que mantener distancia cuando tu perro ser porte mal. Si lo retaste y se supone que estás enojado no puedes correr a hacerle cariño a los cinco minutos. Para el animal el castigo no debe algo solamente pasajero.


Castigarlo de buena forma: Se debe tener mucho cuidado en la manera en que se trata a un animal. Reprocharlo porque hace una mala acción no debe ser por ninguna manera a través de un castigo físico. Si hay que reprenderlo se puede golpear el suelo con un diario para que se asuste pero jamás tocarlo. También hay que considerar que esto se realiza solo en momentos específicos, no siempre. Si no, el cachorro terminará por tenerte miedo.


Ser consecuente: Jamás se deben cambiar las reglas de lo que ya le has enseñado porque eso solo generará desconfianza o desconcierto en el animal. Si algo es malo siempre debe ser malo.


No consentirlo: Aunque se les puede dar obsequio de vez en cuando, especialmente cuando se portan bien, no hay que hacerlo una costumbre. Ya que, se convertirá más una exigencia que un regalo. 


Sacarlo a pasear: Que vea a otros perros y que salga de las cuatro paredes en las que está siempre sirve para desestresarlo y que no se vuelva agresivo.


Reglas para todos: La familia entera debe estar de acuerdo en las cosas en que se educa al can. Por ejemplo, si no se le enseña a comer solo su comida y no la que se prepara en casa, de nada servirá que un hermano o hijo haga lo contrario. Esto solo crea inconsistencia. 


Son muchas las maneras que puedes enseñarle a tu pequeño amigo de cuatro patas para que se porte bien. Lo importante, es siempre hacerlo con cariño y jamás ocupar maltrato físico. Recuerda que ellos son seres muy emocionales y que los golpees, les afecta de una manera inmensa. Por eso, quiérelo, trátalo bien y cuídalo mucho.


Y tú, ¿qué haces para no malcriar a tu mascota?




Juguetes caseros para el perro




Los juguetes son muy importantes dentro de las actividades para perros, no solo por la diversión, sino que son objetos de su propiedad. Obviamente que no hay que permitirles que se vuelvan demasiado posesivos y que no dejen tocar sus juguetes, pero es bueno que tengan sus propias cosas, que en general ellos mismos colocan en sus camas o cerca de ellas. Pero estos juguetes también se pueden hacer en casa.

Veamos dos ideas

La primera es usando una botella de plástico, muy bien lavada y aclarada. Lo ideal es que no sea de las más grandes. La estrujamos un poco para que sea más fácil de morder, las rellenamos con unos garbanzos para que hagan ruido (no tienen que ser demasiados) y la colocamos dentro de un viejo calcetín. Solo nos resta anudar el calcetín y comenzar a jugar con esta ruidosa y divertida botella.


Para la siguiente idea solo necesitamos una vieja camiseta. La cortamos en tiras. Lo bastante largas y anchas como para poder hacer una trenza con ellas. Solo debemos dejar ambos extremos algo libres sin trenzar para que el nudo quede a distancia del extremo y no se deshaga. Ya podemos jugar con esta divertida trenza.

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